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1, octubre 2019

Rankbrain: el algoritmo inteligente de Google

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Un artículo de Onion Studio

Hace sólo un par de décadas, la Inteligencia Artificial sonaba a cosa de ciencia ficción. Ahora, en pleno desarrollo de la era digital, se ha convertido en un elemento casi cotidiano y se implementa en diferentes áreas, como la medicina o el mercado bursátil, por ejemplo, donde la ingeniería y la tecnología ocupan un lugar importante. Google, que siempre se encuentra a la vanguardia de la vanguardia, lleva años explorando los beneficios de la Inteligencia Artificial. De ella nace RankBrain.

En octubre de 2015 se lanzó RankBrain, el algoritmo capaz de entender el lenguaje humano

Google actualiza sus algoritmos una 500 o 600 veces al año, lo que significa que hay unas 2 o 3 actualizaciones diarias. Leer esto hace que se active una pequeña alerta, pero lo cierto es que la mayoría de estos cambios no afectan negativamente a la posición de tu sitio web en los resultados de búsqueda. No obstante, sí que es recomendable estar al tanto de los pocos que sí marcan la diferencia. Especialmente de los que están relacionados directamente con la experiencia de usuario, que es la prioridad absoluta de la compañía actualmente y es precisamente lo que le importa al inteligente RankBrain.

Todo comenzó en 2011…

En el pasado Internet estaba inmerso en la entropía. Las páginas spam estaban a la orden del día y trabajar el SEO tenía más que ver con una escena de Mad Max que con tratar de posicionar de manera limpia tu web.

Google detectó el problema y comprendió que la calidad y los resultados relevantes deberían ser lo primero que sus usuarios encontraran. Para conseguirlo lanzó las actualizaciones Panda en 2011 y Penguin en 2012. Desde su aplicación, el gran buscador comenzó a penalizar la mala praxis y se dedicó a marcar las pautas para que los sites con contenido de calidad se clasificaran en las primeras posiciones. Pero todavía faltaba algo: Google necesitaba comprender mejor la intención de búsqueda de los internautas.

Antes en una página o entrada de blog bastaba con repetir muchas veces –demasiadas, de hecho, desde el punto de vista lingüístico– la misma palabra para indicar a los motores de búsqueda sobre qué se estaba hablando, pero este método no siempre le funcionaba a Google. Por ello lanzó la actualización Hummingbird en 2013 que supuso un avance importante en cuanto a la búsqueda semántica. Ya no consideraba sólo las palabras clave de manera aislada, sino que entró en juego también su contexto. El golpe maestro llegó solo dos años después, cuando Google introdujo en el tablero de juego el algoritmo RankBrain, pensado para procesar consultas desconocidas nunca antes gestionadas (el 15% de las búsquedas que se realizan a diario no han sido hechas antes) y predecir el mejor resultado.

Cómo actúa Rankbrain

No se conoce en detalle el funcionamiento de este algoritmo; Google es celoso y nunca revela demasiada información sobre sus productos o investigaciones. Lo que sí se sabe es que utiliza las llamadas “entidades”, que son etiquetas específicas que se atribuyen a personas, lugares, obejetos, etc. Cuanto más específica sea esta información, más posibilidades hay de que muestre el resultado que se espera encontrar desde la query (que es el término que introducimos en el buscador).

Por otra parte, es capaz de interpretar las interacciones de los usuarios con los resultados de sus búsquedas. Y lo hace observando el comportamiento de estos gracias al análisis de patrones de búsqueda y de datos como el CTR, el porcentaje de rebote, el tiempo de permanencia en el sitio o la tasa de clics que recibe nuestro snippet.

En función de los resultados aplicará diferentes algoritmos para afinar la respuesta al máximo. Se basa en el machine learning, lo que quiere decir que él propio RankBrain va aprendiendo los modelos de lenguaje que extrae de las búsquedas de los usuarios y volviéndose más y más complejo en una evolución constante.

El SEO en la era RankBrain

El primer paso antes de iniciar una estrategia SEO siempre ha sido definir las palabras clave con las que queremos competir. Ahora que la intención de búsqueda se ha convertido en una prioridad, el asunto adquiere otra dimensión y es necesario proporcionar, además, un contexto. He aquí algunos tips imprescindibles a tener en cuenta:

Utiliza un lenguaje natural: olvida a los robots

Según Gary Illyes, Standup Trends Analyst en Google Suiza, optimizar un site para Rankbrain es muy fácil. Lo único que hay que tener en cuenta es la semántica y escribir contenido de manera natural, tal y como hacen los humanos. Si escribimos como robots para que el algoritmo nos capte mejor solo conseguiremos confundir a RankBrain y este nos pondrá al final de la cola.

No descuides tus snippets

Teniendo en cuenta que uno de los factores que más tiene en cuenta RankBrain es el CTR, más nos vale tener los snippets optimizados al máximo. Tanto el título, como la url, como la meta descripción deben dejar claro de un vistazo lo que el usuario va a encontrar al entrar en nuestra web. Lo que queremos es conseguir que hagan clic cuando aparezca nuestra dirección web en la pantalla. Por supuesto, la meta descripción debe ser atractiva, concisa y contener una call to action irresistible.

Mejora la relevancia de tus páginas

Ahora que el enfoque de las palabras clave ha cambiado se podría hablar de “temas clave”. Es necesario diversificar al máximo nuestras keywords con términos y sinónimos relacionados. Cuanto más exhaustivos sean nuestros contenidos alrededor de un mismo contexto, mejor.

Sin duda, es buen momento para revisar si realmente las páginas de tu site coinciden con la intención de búsqueda deseada y, si no es así, lo mejor es hacer algo al respecto. Hay que tener en cuenta que con cada actualización importante del algoritmo las practicas y tendencias relacionadas con el SEO para conseguir rankear en las SERPs cambian. Esto quiere decir que lo que te servía hace un año o seis meses, ya no sirve. Hay que actualizarse, explorar, estudiar y probar cosas nuevas continuamente. Si RankBrain no deja de aprender nunca, creedme, nosotros deberíamos hacer lo mismo.